TEXTOPATA
Simplemente Patrishia (Parte 1)
Patrishia era una linda chica rusa de piernas largas, cuya
cintura se parecía a la de una niña, de pronunciados pechos redondos. Sus
cabellos eran rubios y alargados, sus ojos tan claros como un rio que se va
congelando, típico de esta región tan fría. Ella es estudiante de medicina y
recién va en primer ciclo. No es rica y no tiene ayuda económica por parte de
sus padres pero aun así ella va a terminar este ciclo para iniciar con gran
expectativa el segundo. Su andar es tan
coqueto y encantador que por donde se la vea
parece un lienzo artístico junto a la nieve que cae sobre su atractivo
cuerpo. Pasa frente a una capilla y se persigna cerrando lo ojos como si de una
virginal novicia se tratara. Y pensativa ella trata de recordar ese extraño
sueño que había tenido en la madrugada donde vio a unos hombres de luz que la
rodeaban con raros utensilios en sus manos observándola fijamente con sus
redondos ojos brillantes. Llego hasta la esquina de la calle, deja aquel sueño
atrás y se concentra para llegar hasta el otro extremo e ingresa a la
cafetería, se sienta a tres mesas de la entrada. Le pide a la señorita
encargada una malteada y una pieza de pan dulce. Con la orden sobre su mesa
toma el vaso con la malteada para llevarse el líquido alimento con la ayuda de
un sorbete. Mientras bebe observa en la ventana la insipida calle, para tratar de recordar de nuevo aquel
sueño con esos seres iluminados por donde se los vea. De repente un hombre
la aguardo y le dijo si podían compartir la mesa a lo que ella en su calidad de
gentil no se negó. - Linda mañana no. Dijo el hombre a la chica a lo que ella respondió:
- Igual que todos los días. Fría y blanca. El hombre pidió un café muy cargado.
-¿Con azúcar? Pregunto la encargada a lo que el hombre se negó. Luego puso su
mirada en Patrishia y le dijo que con la dulzura que ella transmitía era
suficiente. A lo que Patrishia solo respondió con una sonrisa. – Soy un hombre
de negocios y te he estado observando desde el momento que entraste aquí. Quiero
hacerte una proposición a lo que no quiero que digas nada hasta que termine, si
te crees ofendida solo pídeme que me valla y lo hare, si te sientes asustada
solo grita y quéjate. Para entonces saldrá el cocinero que es un ex combatiente sin
un ojo pero capaz de romperle los huesos a una res y estoy seguro que me tendrá
bajo sus botas. Sin pausa dijo el hombre. Patrishia cambio su semblante por una
expresión de intriga por lo que el tipo le iba a proponer, pero para nada se
puso nerviosa ella siguió bebiendo su malteada y con la mirada le hizo saber al
hombre que continuara. – Mi nombre es Kurbet Sash pero puedes llamarme como lo
hacen todos, sencillamente Kurb. Y como te dije soy un hombre de negocios. Esta es
una oportunidad para los dos. Tengo en el bolsillo de mi abrigo dos mil dólares
como oferta mínima para que tengas sexo conmigo mientras nos graba una cámara,
luego subiré el material a la red en una página web de la cual soy dueño. Si te parece poco solo dime cuanto quieres y
llegaremos a un acuerdo. El hombre le hizo la inusual propuesta y cerro los
puños bajo la mesa esperando la respuesta o la reacción de Patrishia y entonces
ella respondió. – Tienes que saber que nunca he hecho esto de grabarme y
exponerme, se que muchas chicas hacen esto con sus novios. Pero obvio no hare
tal cosa. A menos que me des diez mil dólares. El tipo se desencajo y le dijo
que estaba completamente loca por pedir tal cantidad, si había otras chicas que lo habían hecho hasta
por quinientos dólares. Detrás de ellos había una pareja de ancianos Patrishia
se les acerco y observo que el señor tenia un bolígrafo en su camisa a lo que
ella le pidió si se lo podía prestar por un momento. La muchacha volvió a la
mesa con el hombre y se sentó. Luego se arrincono hasta donde estaba la
ventana, encorvo su espalda hacia adelante y estiro sus brazos. Con las manos sujeto
su braga de algodón y se la quito. Puso la ropa interior en la mesa y con el bolígrafo empezó
a escribir sobre aquello. Se levanto y se despidió y le dijo que si
realmente era un hombre de negocios pues que no dejara pasar esta oportunidad.
Patrishia se acerco a la barra y pago su cuenta luego abandono la cafetería paso
frente a la ventana de Kurb y le mando un tierno beso volado. El hombre se
levanto y fue hasta el baño de varones para ver el mensaje en la braga. Y allí estaba
escrito: - Bien vale los 10 mil si pretendes ser quien me desvirgue. Calle
Rollfert 2375, después de las 8 al anochecer. El hombre salió raudamente en
busca de Patrishia pero ella ya no estaba.
ROCKFACTORY.BLOG 2012 / EDITORIAL