TEXTOPATA
La Mujer y Las Bestias (Parte Final)_________________
El encargado de la ejecucion dio a viva voz la orden para el
apedreamiento. Hombres y mujeres de la caravana que acompañaban al marido a
quien se le había cometido el supuesto adulterio enardecidos todos levantaros
sus brazos tomando las piedras. La mujer esperando su masacre tomo aliento y cerro los
ojos. Ella muy temerosa con lágrimas espesas recibió el salvaje castigo. Las
primeras piedras cayeron sobre su espalda haciendo que la condenada se estire
dejando su vientre al sol por el intenso dolor. Otras piedras cayeron sobre sus
costillas rompiéndose una tras otra. El marido arrojo con todas sus fuerzas una
piedra caliza sobre el rostro de su mujer. El impacto le provoco que se le
hundiera el pómulo y cortara la piel desde la frente hasta la mejilla
izquierda. Se podía oír como los huesos de sus piernas crujían con cada golpe. Las
venas de sus pechos estallaron totalmente con cada pedrada. Críticamente se le
asestó en la cabeza para darle muerte total. Finalmente la pobre mujer estaba
empapada en sangre y ensuciada con polvo, el dolor era intenso y desgarrador. Pese
a tal brutal castigo la mujer no murió en el momento. El encargado de la
ejecución dio como exitoso el hecho y ordeno que se le dejara morir en ese
lugar. Así que la gente y el marido aguardaron hasta el momento fatal. Había
pasado una hora y la mujer seguía viva. La caravana empezó a abandonar el
lugar. Luego pasaron dos horas y la mujer aun seguía respirando. Finalmente el
marido se retiro exclamando satisfacción por lo ocurrido. Faltaban dos horas para que llegara la noche y
la moribunda fémina aun permanecía con vida. Cuando cayo finalmente la noche un
hombre quien venia cubierto todo el cuerpo se le acerco y le tomo de la mano a
la mujer y sollozando le pidió perdón por haberla abandonado pese a que le juro amor y liberación de su
marido. Este siguió su camino. Luego un perro vagabundo se le aproximo y le
lamio las manos para recostarse entonces a su lado. El viento sin tregua
levantaba la maltrecha túnica de la mujer el perro no resistió el frio y se
retiro. Cuando llego la media noche cuando ya no había nadie en las calles una
mujer vestida de celeste con un tapado blanco en la cara fue la última persona
en aparecerse y se arrodillo frente a la mujer que ya hacia inerte y sin vida.
La mujer de celeste le acaricio el rostro y supo que ya era totalmente libre
para vivir su infinita nueva vida alejada de lo que en su sufrida existencia
fue. Camino bajo la luz de la luna y se perdió en el horizonte.
ROCKFACTORY.BLOG 2012 / EDITORIAL