miércoles, 4 de abril de 2012

TEXTOPATA

La Mujer y Las Bestias (Parte Final)_________________

El encargado de la ejecucion dio a viva voz la orden para el apedreamiento. Hombres y mujeres de la caravana que acompañaban al marido a quien se le había cometido el supuesto adulterio enardecidos todos levantaros sus brazos tomando las piedras. La mujer  esperando su masacre tomo aliento y cerro los ojos. Ella muy temerosa con lágrimas espesas recibió el salvaje castigo. Las primeras piedras cayeron sobre su espalda haciendo que la condenada se estire dejando su vientre al sol por el intenso dolor. Otras piedras cayeron sobre sus costillas rompiéndose una tras otra. El marido arrojo con todas sus fuerzas una piedra caliza sobre el rostro de su mujer. El impacto le provoco que se le hundiera el pómulo y cortara la piel desde la frente hasta la mejilla izquierda. Se podía oír como los huesos de sus piernas crujían con cada golpe. Las venas de sus pechos estallaron totalmente con cada pedrada. Críticamente se le asestó en la cabeza para darle muerte total. Finalmente la pobre mujer estaba empapada en sangre y ensuciada con polvo, el dolor era intenso y desgarrador. Pese a tal brutal castigo la mujer no murió en el momento. El encargado de la ejecución dio como exitoso el hecho y ordeno que se le dejara morir en ese lugar. Así que la gente y el marido aguardaron hasta el momento fatal. Había pasado una hora y la mujer seguía viva. La caravana empezó a abandonar el lugar. Luego pasaron dos horas y la mujer aun seguía respirando. Finalmente el marido se retiro exclamando satisfacción por lo ocurrido.  Faltaban dos horas para que llegara la noche y la moribunda fémina aun permanecía con vida. Cuando cayo finalmente la noche un hombre quien venia cubierto todo el cuerpo se le acerco y le tomo de la mano a la mujer y sollozando le pidió perdón por haberla abandonado  pese a que le juro amor y liberación de su marido. Este siguió su camino. Luego un perro vagabundo se le aproximo y le lamio las manos para recostarse entonces a su lado. El viento sin tregua levantaba la maltrecha túnica de la mujer el perro no resistió el frio y se retiro. Cuando llego la media noche cuando ya no había nadie en las calles una mujer vestida de celeste con un tapado blanco en la cara fue la última persona en aparecerse y se arrodillo frente a la mujer que ya hacia inerte y sin vida. La mujer de celeste le acaricio el rostro y supo que ya era totalmente libre para vivir su infinita nueva vida alejada de lo que en su sufrida existencia fue. Camino bajo la luz de la luna y se perdió en el horizonte. 

ROCKFACTORY.BLOG 2012 / EDITORIAL