TEXTOPATA
La Caida del Gato
Esta es la tercera vez que mi familia y yo nos mudabamos. Llegandonos a quedar en uno de los barrios mas adinerados de la ciudad. Pese a mis múltiples intentos
de suicidios fallidos mis padres creen que con este nuevo cambio de lugar yo
podría darme otra oportunidad de seguir viviendo. Como si no lo hubiéramos hecho
antes. Pero así son papa y mama unos malditos optimistas pretendiendo estar
tranquilos cuando no lo están y todo por mi culpa, yo se que si desaparezco de
sus vidas ellos realmente si podrán estar plenos y sosegados. Bueno esto del cambio me dará tiempo necesario
para planear mi liberación y espero ahora si sea efectivamente fatal. Puede
sonar terrible para el resto de la gente pero esto de proyectar mi
autoeliminación me hace sentir tan bien en serio es como lograr algo importante
en la vida en este caso para mi creo que será lo mas grandioso que hare en toda
mi existencia. Han pasado dos días que nos mudamos y mi madre no ha dejado de
venir a mi cuarto a verme en lapsos de una hora lo que me pone de muy mal
humor. Ya les prometí que no volvería a hacerme daño bueno al menos por ahora.
Déjenme en paz. Creo que saldré a dar un paseo a la calle el amor de mi mama me
sofoca y me pone muy nervioso. Mis ojos se posan sobre la acera en la que
camino de reojo miro al frente para no golpearme con la gente o con un árbol.
Pero seria genial si lo hace un auto. Pero lastima aquí la gente conduce
siempre con cuidado. Me siento sobre una banqueta y miro alrededor y veo lo de siempre. Nada,
eso una gran nada. Que de bueno puede tener vivir más de quince años si el resto
se va a hacer lo mismo. Comer, dormir, superar, amar, odiar, hablar y todo eso
que se hace cotidianamente. Que aburrimiento para mi todo esto es más que
suficiente como para ponerme fin. Es mi elección total. Lo siento en la cabeza,
en el cuerpo, y en mis sueños. Debo morir para ser feliz. He detenido mi vista
en el edificio de en frente porque ha salido una chica algo raro que me halla
llamado la atención de seguro a de ser extraña. Esta posada sobre el barandal
de su balcon y esta mirando el cielo despejado y luego me ha mirado y yo a ella
en los ojos pese a que estamos a varios metros del suelo. Una de sus sandalias
a quedado atrapada entre las barras de su barandal se estira para sacarla pero
la sandalia cae hasta la acera de su edificio. Le hice un gesto en donde le
insinuaba que le ayudaría a alcanzarle su prenda. La tome de la vereda e
ingrese al edificio y encontré a la chica bajando por la escaleras. La salude
con un simple y frio hola y ella me agradeció con una cálida y linda sonrisa,
lo que me hizo estremecer pero me agrado y mucho. Así que también le
correspondí con otra sonrisa. Le pregunte si estaba tratando de suicidarse a lo
que ella se apresuro a negarlo con una ligera risa como si yo estuviera
bromeando. Quiero decir que el hecho de haber visto aquella chica en el balcón
del edificio me inspiro para encontrarle sentido a la vida en ese momento lo
cual era casi extraño y remoto para mi. Era por su belleza y su carisma. Pueda
que suene exagerado pero su presencia me marco de manera positiva. Al igual que
su tristeza y depresión que trasmitía
con sus enormes ojos azules lo que me identificaba con ella. Salimos a la
banqueta donde todo empezó y le platique sobre mi gran meta, mi logro, mi
triunfo. Todos próximos. Ella no me juzgo y dijo que aun que era una extremada salida o alternativa de
vida. No dejaba de ser una valida decisión, una tolerable opción y aceptable
elección. Me atreví a decirle que si
necesitaría de una compañera suicida sin duda seria ella. Aquella chica
instantáneamente me abrazo con suma ternura. Se levanto y camino hacia los
jardines del parque. Le dije que aguardara porque yo iba por un par de botellas
con agua. Al volver solté las botellas ya que vi a aquella chica sobre el césped
del jardín teniendo fuertes espasmos corporales, convulsiones que no la hacían volver
en si. Entre en pánico pues no sabia que hacer en aquel imprevisto momento. No podía
tocar su cuerpo para calmarla, sus movimientos eran raudos y violentos doblada
su cuello y parpadeaba intensamente. Pedí auxilio y en eso apareció una mujer que
simplemente se le acerco y le abrazo esperando a que se le pasara aquel trastorno.
Elena sufre de epilepsia no te asustes hijo, seguro no tome su medicación esta
mañana. Fue lo que me dijo aquella mujer quien era su madre. Yo estaba en shock
era la primera vez que experimentaba algo así, sentí angustia e intolerancia
por el padecimiento de esa princesa. No lo merece, ahora entiendo porque la tristeza
de sus ojos. Le dije a su mama que yo la llevaría hasta su apartamento. La cargué
y la contemple en mis brazos y créanme a penas llegue a la puerta y vi el balcón
donde la conocí me entraron unas enormes ganas de aventarme con ella. Pero iba
ser egoísta de mi parte nunca le pregunte si esta opción estaba en sus
pensamientos. La recosté sobre su cama y despertó lentamente. Su madre me agradeció
y salió por la mediación de Elena. Siento no haberte dicho de mi enfermedad. La
chica se expreso quitándose el cabello de la cara. A lo que le dije que no había
absoluto cuidado más bien es la vida la que te tiene que pedir disculpas por su
padecimiento. Aquella congoja fue interrumpida cuando Elena me tomo del cuello
y luego me beso. Le sentí la tibies de sus labios y su aliento puro. Mis ojos
se abrieron al máximo y le vis los suyos cerrados con una expresión vehemente. Fue
otro inadvertido pero sorprendente momento para mi existencia. Su madre ingreso
con un coctel químico y un vaso con agua, supe que era la hora de irme. Y así
como le dije un simple hola le dije un simple pero significante hasta luego.
Mi gran día había llegado. Quería contemplar en mi imaginación
mis últimos instantes lo fabuloso que seria por fin dejar de existir. Pero Elena
estaba en esos pensamientos había cerrado la puerta de mi habitación y sobre la
cama ya hacia una automática con tres tiros bien cargados. Gracias a eBay por
la compra en serio ahí si hay de todo y para todos, sin restricciones ok. Tengo
que ir a ver a Elena y despedirme, ella
ha sido especial y grandiosa para mi poca vida. Debo decirle adiós. Así que llegue
hasta su apartamento y fue ella quien me abrió la puerta. No estaba su madre
solo su inquieto terrier. Lo único que se me ocurrió en ese instante fue
abrasarla, ella se dio cuenta de la emoción y la dicha se me notaba a flor de
piel. Es que no podía ocultarlo estaba plenamente feliz por mi anhelado final. Ahora
si mi amiga. Adiós. Eres la última gran cosa que me ha podido pasar. Prometo que
agradeceré esto por siempre. Fue lo que le dije a Elena y luego di la vuelta
para retirarme. Pero en eso sentí sus delgados brazos que me tomaban por la
cintura acercándose hacia mi oído izquierdo para decirme dulce y serenamente que
me prestaría su ventana para aventarme siempre y cuando lo pudiera hacer junto
a ella. Ambos tomados de las manos nos aproximamos lo más cerca posible del
barandal que acorralaba su balcón. Las últimas palabras de Elena fueron de
despedida para su perrito terrier a quien llamo Coti y le pidió de favor que
cuidara y quisiera a su mama. Luego le lanzo un beso volado a la foto de su madre.
Sentimos el delicado aire en nuestros
rostros y oímos nuestros agitados latidos de nuestros corazones. Después solo
el vacio. Donde fuimos a dar.
Hospital General de la Ciudad.
Eres un chico muy persistente, con este ya es tu octava ocasión
donde tratas de ponerte fin, menos suerte para la jovencita que te acompañaba.
Lamentablemente ella no resistió a la caída, su madre llora desconsolada allá
afuera. Fue lo que le oí al doctor Dejesa. El mismo dolor de mi mama en su
misma expresión de siempre cada vez que intento y no me resulta exitoso. Pero mi
padre ha sido por primera vez irónico conmigo y me ha dicho que la próxima vez si trato
de provocarme mi fatalidad será con la ayuda de alguien pues con mi flamante
cuadriplejia yo no podría hacerlo solo y yo que creía que era por tanto yeso
que me habían puesto. Elena que envidia te tengo. Elena te extraño.
ROCKFACTORY.BLOG 2012 / EDITORIAL