TEXTOPATA
Una Salida con una Chica Alternativa (Parte 1)
Era la noche de un febrero de verano cuando
yo me disponía a dormir en mi habitación cuando siento un potente sonido
musical que provenía de la calle seguido de una secuencia ensordecedora de
claxon. Así que salí a ver y afuera aguardaba aceleradísimo, durísimo, elevadísimo
ósea drogadísimo flamante amigo Daigo en su llamativo auto negro. Venia de
haberse jugado una pichanga. Pero como estaba en alter ego no se fue a su casa
sino que me vino a buscar para invitarme a ir a la playa siendo casi las once
de la noche. Como yo también suelo ser loco sin necesidad de ningún
estupefaciente porque considero que son malas e indecentes, acepte ir pero sin
antes buscar a otros dos amigos mas para armar una buena juerga playera.
Continuamos el recorrido en busca de Javicho con quien yo había tenido unas
diferencias por el robo de un celular que el me había dado para empeñar porque
necesitaba urgentemente el dinero para salir a divertirse. Yo accedí a ayudarlo
llevando el teléfono a diferentes casas de empeño y digo diferentes porque
todos ofrecían de 25 a
30 soles por el, solo que mi amigo pidió 50 soles. Pero había una solución para
obtener la cantidad que necesitaba Javicho ir donde un familiar apodado Camote
a quien Javicho debía dinero pero no tanto como los 50 soles. Pero mi plan era
pasar el teléfono por otro amigo. Ya que yo tampoco podía porque le debía a
Camote un aproximado de 700 soles. Dinero que por capricho de la vida aun no
puedo pagar pero le he dicho que le devolveré hasta el último sol y cumpliré
con mi palabra. Pero bueno para no salir de este relato y seguir continuándolo
diré que no pude seguir con el plan ya que un ladrón de gorra blanca, de tez
negra y apariencia amenazante, hurtó, robó, quitó, despojó el celular de mis
manos para luego correr con todas sus emociones juntas y revueltas sin mirar
para atrás hasta perderse en la vuelta de una esquina. Yo también me quede con
mis emociones pero estático sin ir detrás del ladrón ni ir adelante para pedir
ayuda policial. De plano el delito se consumió con éxito previo cateo y
anticipación relámpago. Y al igual que como si hubiese caído un rayo en la
pista uno solo se queda a mirar sin hacer nada solo observar parpadeando
continuamente y respirando profundamente para que el corazón vuelva a su latido
normal. Este hecho desagradable fue el mismo que le relate a mi amigo Javicho.
Pero el creyó un cincuenta por ciento como sus 50 soles que por angurria
desesperada de un extraño nunca pudo llegar a los bolsillos de Javicho ni a la
caja registradora de alguna discoteca donde mi amigo iba a gastar. Así que creo
que desde ese día no lo volví a ver hasta una semana después justo en aquella
noche donde lo iba a buscar con mi flamante amigo Daigo. Una vez encontramos a
Javicho en su casa le hicimos la invitación a la playa pero el se negó con la
escusa de que el día siguiente tenia prueba de tiro ya que estaba tramitando
licencia para portar arma. Pero podía acompañarnos para compartir unos vinos de
bodega un par de horas. Antes de todo eso volvimos a recordar aquella reciente anécdota sobre el robo de su
teléfono celular. Tema que yo saque a relucir pero Javicho siempre decía que ya
había que olvidar ese evento desafortunado. Como olvidarlo si fue lo más
incomodo que nos sucedió en todos nuestros años de amistad. A Daigo se le
estaba pasando el efecto de la marihuana y entro en razón al decirle si
podíamos posponer el viaje a la playa para mañana y así fue mas no el de
compartir unos tragos, previamente Daigo le entro la necesidad de incluir a una
chica a la reunión. Pero a esa hora no había nadie decente ni conocidamente
disponible. Entonces me pregunto de donde podríamos encontrar a una fémina que
estuviera dispuesta a compartir su tiempo con nosotros. Así que le recomendé
que encendiera su carro y que nos dirigiéramos a un boulevard donde esta repleto de bares donde hay chicas con
talento capaces de hacer que un hombre pague tres veces mas el precio de una
jarra de cerveza. Llegamos allí y todas decían que no se les permitía abandonar
su puesto de trabajo a menos que hayan cumplido con su tiempo laboral que
terminaba a eso de las cinco de la mañana pero obvio nadie estuvo dispuesto a
esperar ni a pagar los cien soles que pedían por la compañía. El cansancio de
Javicho se había hecho presente así que se recostó en el asiento trasero para
descansar hasta quedarse dormido y los deseos de Daigo lo obligaron a
preguntarme por otra fuente para encontrar chicas que estuvieran dispuestas al
momento y claro a pagar una cantidad cómoda o muy cómoda. Así que nos
trasladamos al centro de la ciudad cerca de una conocida pizzería. Para nuestra
mala suerte no había ni una sexo servidora dando atención ecepto la presencia
de unas chicas que sobrepasaban nuestras tallas pero emulaban muy bien la
feminidad y la belleza física. Como ya no había más fuentes en donde ubicar más
mujeres mi amigo opto por el plan b que se sugiero en ese momento. Se le pago
treinta soles por la compañía de la chica cuyos términos del contrato oral fue
solo por compañía específicamente. Daigo le abrió la puerta trasera y la chica
ingreso pero antes despertó a Javicho y este sobo sus ojos para una mejor
nitidez de la visión y para hacer espacio. A esto me sentí un poco mas
tranquilo porque yo estaba en el asiento del copiloto. Pobre amigo mío no solo
experimento indirectamente el robo de su celular sino que ahora tenia que
compartir el siento trasero con un travesti quien se hacia llamar Venus. No
pude soportar de reír discretamente sin imaginar lo que esto nos iba a deparar
horas después.
ROCKFACTORY.BLOG 2012 / EDITORIAL